Es un proceso termoquímico que descompone materiales orgánicos, como plásticos y neumáticos, a altas temperaturas en ausencia de oxígeno. A diferencia de la incineración, no quema los residuos, sino que los descompone a nivel molecular, rompiendo las cadenas de polímeros para crear nuevas sustancias con un alto valor energético y comercial.
Recibimos y clasificamos los residuos para asegurar una materia prima óptima y libre de contaminantes.
El material se introduce en un reactor sellado, donde se calienta a temperaturas controladas sin oxígeno.
Las moléculas se descomponen, generando gases, líquidos y sólidos. Estos se separan y refinan en tiempo real.
El resultado es una gama de productos valiosos: bio-aceite (aceite pirolítico), gas de síntesis, y un sólido carbonoso (rCB).
El proceso se autoabastece parcialmente con el gas de síntesis que produce.
Emisiones controladas y significativamente menores que otros métodos de tratamiento.